Desde que abrimos nuestra primera granja en Cundinamarca en 1978, nuestra misión ha sido llevar a la mesa de los bogotanos el pollo más fresco y delicioso de la región. Es por esto que nuestras aves son criadas en un ambiente natural, con la mejor alimentación y un sano crecimiento. Nos encontramos en primer lugar entre quienes hablan de la verdadera frescura en la región porque la naturaleza y el campo son nuestras raíces, son las que nos definen como campesinos expertos.